06 Nov Adopción de Perros y Conservación de Tortugas Marinas En la Península de Osa
Machos y hembras; jóvenes y adultos; amistosos y precavidos; con colores tan variados como los atardeceres que estallan en la Península de Osa; y sobre todo, con un encanto y una simpatía que pocos podrían resistir. Así son los 27 perros que hasta hace pocos meses patrullaban las tibias arenas de playa Pejeperro, en el pacifico sur de Costa Rica.
Por mas de 25 años, en un rancho compuesto de otros tantos ranchos, entre arboles de almendra y bulliciosas lapas, vive hasta el día de hoy un hombre que cuenta parte de la historia de estas localidades. Genaro Menocal, es todo un personaje en las comunidades vecinas de Puerto Jimenez y Carate, y es también el orgulloso dueño de la controversial jauría de perros que tenían por su hogar Playa Pejeperro. Y digo controversial porque, con todo su encanto y ternura, hay que ver lo que pueden hacer (o comer) 27 perros viviendo en un mismo sitio.
Playa Pejeperro es una de las tres playas en las que Conservación Osa lleva a cabo sus esfuerzos por preservar las tortugas marinas que anidan en la Península de Osa. Dichos esfuerzos van desde el marcaje de tortugas, reubicación de nidos en riesgo, y protección contra depredación, hasta educación ambiental a la comunidad. Este ano, sin embargo, el escenario se complico un poco mas de lo habitual, cuando un grupo muy especial de depredadores experimento un repentino crecimiento poblacional. Y es que de 4 perras adultas que cohabitaban con don Menocal estos confines sureños, el número pasó a decenas, en cuestión de meses.
A falta de complejos concentrados y nutritivas formulas procurados por su dueño, parece que la naturaleza favoreció a estos perros con un sinfín de roedores, peces y plantas, y un interminable festín de huevos de tortuga, que enriquecieron su dieta, y terminaron por convertirlos en perfectos saqueadores y depredadores del 90% de los nidos de tortuga puestos en playa Pejeperro. Casi que ningún nido pasaba desapercibido por estos inteligentes mamíferos, y tampoco lo hacían el grupo de investigadores de campo, quienes atemorizados hasta los huesos, patrullaban la playa invadida de estos hambrientos encantos.
Por este motivo, varios meses atrás, se creo un plan para reubicar a estos animales de la playa, y así seguir contribuyendo a la conservación de las tortugas marinas. Gracias al esfuerzo de personas dedicadas a la causa, y a la colaboración del señor Genaro Menocal, 23 perros, cachorros y adultos, fueron evacuados de la playa, desparasitados, castrados, y entregados en adopción a varias familias en distintas comunidades de la península. Conservación Osa se enorgullece de este esfuerzo conjunto, y agradece a todos y todas las personas involucradas por su compromiso y dedicación a la conservación de las tortugas marinas de la Península de Osa.
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