08 Aug Caminantes silenciosos de la noche
Blog Post por Juan Carlos Cruz Díaz, Coordinador del programa felino
Son las 5:30 de la mañana y el sol se levanta sobre el bosque seco de Guanacaste en el norte de Costa Rica. Investigadores en Playa Naranjo en el Parque Nacional Santa Rosa en el Área de Conservación Guanacaste alistan para patrullar la playa. Caminan sobre la costa en busca de evidencia de la presencia de jaguares. En este lugar es común encontrar huellas de jaguar sobre la playa ya que ellos la patrullan en busca de presas.
No muchas personas lo saben, pero las tortugas marinas son una presa común para jaguares. Las tortugas marinas son bastante rápidas y ágiles en el océano pero muy lentas y torpes en la tierra, lo cual las hace perfectas para ser una presa de jaguar.
Para Los investigadores deben caminar la playa de arriba y abajo, documentando los rastros de tortugas marinas que salieron a anidar a la playa la noche anterior. Es posible reconocer las especies de tortugas por sus rastros, así también saber si una tortuga fue depredada la noche anterior. Cuando no se encuentran rastros de salida, los investigadores buscan evidencia de una tortuga depredada.
El Área de Conservación Guanacaste es uno de los pocos lugares en Costa Rica donde la depredación de tortugas marinas por jaguares ha sido reportada, junto con los parques nacionales Tortuguero y Corcovado. En los años noventa, investigadores encontraron que los jaguares en Corcovado incluso cambiaban su comportamiento de ser diurnos a nocturnos en ciertas épocas durante el año, el cual coincidió con los picos de anidación de tortugas marinas en las playas de Corcovado. Este cambio sugiere que las tortugas marinas son una presa natural para los jaguares y probablemente ha sido así por miles de años.

Fotografía de cámara trampa de un jaguar con una tortuga marina recién depredada en playa Naranjo en el Área de Conservación Guanacaste.
Aun cuando la depredación de tortugas marinas por jaguares es común en áreas donde las dos especies se distribuyen, no representa una amenaza a las poblaciones de tortugas. Los jaguares depredan tan sólo 30 tortugas por año en Guanacaste, y alrededor de 20 en Corcovado. Así mismo, los jaguares son los únicos entre los grandes felinos conocidos por este comportamiento, probablemente porque cuentan con la mordedura más fuerte entre los grandes felinos y una mordida potente es necesario para romper los gruesos caparazones de las tortugas.
Son las 8:00 de la mañana de regreso en Guanacaste y los investigadores han encontrado una tortuga verde recién depredada la noche anterior. Después de identificar la especie, toman evidencia fotográfica y medidas de caparazón y marcan la tortuga para no contarla de nuevo en futuras patrullas. Se instalan cámaras trampa en el sitio para contar con evidencia fotográfica del jaguar que regresará a alimentarse esa misma noche más tarde.

Jaguar y Tortuga lora depredada en playa Naranjo en el Area de Conservación Guanacaste (Foto por: Alonso Sánchez).
Aun cuando este comportamiento ha comenzado recién a ser estudiado, ha traído nueva información acerca de variables que puedan explicar otras conductas suyas, incluso el uso de hábitat y tolerancia con otros individuos en el mismo sitio. Esto también ha servido para crear conciencia del delicado equilibrio de los ecosistemas y de especies que parecen tan alejadas pero que están tan estrechamente relacionadas.
Conservación Osa ha colaborado con Corcovado y con otros parques nacionales y socios como parte de la Red de Cámara Trampa de la Osa. Cámaras trampa apoyan investigaciones como esto para recoger evidencia y aprender más sobre el comportamiento de la vida salvaje y los gatos salvajes. Para aprender más sobre la Red de Cámera Trampa y los esfuerzos de Conservación Osa de investigar y proteger los jaguares y otros grandes felinos, haz clic aquí.
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